
Llagas en la boca o aftas bucales: qué son y cómo prevenir su aparición
Las aftas bucales, conocidas comúnmente como llagas en la boca, son úlceras que se producen en la mucosa de la boca y constituyen una de las enfermedades bucales más frecuente. Aunque hay personas que tienen mayor predisposición que otras a padecer de aftas, se estima que más de la mitad de las personas han tenido algún brote de aftas en algún momento de su vida y, que aproximadamente un 20% de las personas, las sufren de manera recurrente.
Cómo identificar un afta
Su diagnóstico es sencillo y eminentemente clínico. Tienen una apariencia característica:
- Generalmente, son de tamaño pequeño (unos 5 milímetros)
- El color suele ser blanquecino
- Aparecen rodeadas de un área roja
Las llagas en la boca o aftas bucales suelen presentarte en la parte interior de las mejillas, lengua y los labios y suelen causar dolor o molestias y, en algunos casos, producir fiebre o malestar general.
Existen distintos tipos de aftas: menores, mayores y herpetiformes. Y, aunque esta enfermedad, en principio, resulta casi siempre de carácter leve y no presenta riesgos importantes para la salud, sí provoca bastante disconfort sobre todo en el momento de la alimentación y/o cepillado dental.

¿Por qué salen las llagas en la boca o aftas bucales?
No existe un factor causante único de las aftas. Se considera que es etiología multifactorial y que su aparición se debe a la conjunción de varios motivos. Puede haber una alteración inmunológica, a la que se unen factores predisponentes o precipitantes y en algunos casos se relaciona con enfermedades sistémicas.
Algunas de las cusas predisponentes o precipitantes de las aftas bucales:
- Factores psicológicos: periodos de estrés o alteraciones emocionales como ansiedad, nerviosismo o depresión.
- Alergias o hipersensibilidad a los alimentos: nueces, tomate, fruta…
- Malos hábitos: tabaquismo…
- Carencias nutricionales: las llagas en la boca pueden surgir por falta de vitaminas y minerales, principalmente cuando hay carencias nutricionales de hierro, ácido fólico, zinc y vitaminas (B1, B2, B6, B12)
- Traumatismos, infecciones víricas o bacterianas, factores endocrinos (ciclo menstrual)
Cualquier persona puede padecer de aftas bucales, tanto bebés y niños, como adultos. Sin embargo, los adolescentes y jóvenes (hasta los 20 años), son los que más las padecen. Es importante destacar que NO son contagiosas.
Cuánto duran las aftas y cómo tratarlas
Si no hay sintomatología, no hace falta tratamiento. Si hay molestias o dolor, aunque no hay una terapia específica para las aftas bucales, se suele empezar aplicando tratamiento tópicos locales o enjuages con antiflamatorios. De esta forma se acelera la cicatrización, se reducen las molestias y es posible curarse en dos o tres días.
Si no hay respuesta al tratamiento tópico, se pasaría a tratamiento sistémico, normalmente con corticoides o talidomida. Lo aconsejable es que visites a tu odontólogo de confianza.
Aftas bucales producidas por la ortodoncia
Cuando colocamos aparatos de ortodoncia, sea fija o removible, nos podemos encontrar la aparición de llagas o aftas bucales provocadas por el roce del aparato. A veces éstas están en contacto con el aparato, pero no siempre. En el caso de la ortodoncia fija, utilizaremos cera o silicona para aliviar las molestias, que normalmente desaparecen tras la primera semana de colocación de la ortodoncia. Los enjuagues, como la clorhexidina, también nos ayudarán a evitar infecciones.
Recomendaciones para prevenir la aparición de aftas bucales
Seguir cinco sencillas recomendaciones evitará, en gran medida, la aparición de llagas en la boca:
- Una higiene bucal adecuada
- Una dieta variada, rica en frutas y verduras
- Consumir alimentos ricos en vitamina C y Omega 3
- Controlar el estrés
- Beber agua en abundancia para mantener la boca hidratada y fresca
A modo de conclusión, recuerda que “Más vale prevenir que curar”, acudir al dentista, al menos una vez al año, ayudará al mantenimiento de una buena salud bucodental.
Fuente: SEPA